Hoy os traemos una fantástica novedad. Se trata de la primera obra escrita (e ilustrada) por Enrique Quevedo, del que ya os hemos hablado en alguna ocasión por sus estupendos trabajos, aunque siempre ilustrando las historias de otros autores.
Y se ha estrenado a lo grande....De la mano de la editorial Tres Tigres Tristes, caracterizada por lo original y arriesgado de sus ediciones, el ilustrador y ahora escritor nos presenta Mecanistario (o mecanicum vocabulum), un conjunto de seres mecánicos creados por el estrambótico Profesor Chaparelli, científico del siglo XXV.
Pero ojo, no esperéis encontrar en esta obra un álbum ilustrado al uso. El autor lo define más bien como un acordeón ilustrado, donde se recogen los estudios del científico sobre el mundo animal y un montón de experimentos, además de la asombrosa historia de la vida en el futuro. Una edición a cargo de Enrique Quevedo a partir de diarios y documentos recibidos desde el futuro.
Y ahora, ¿qué os parece si es el propio autor nos habla sobre esta novedad y nos cuenta como ha sido el laborioso proceso de cración? Pues dicho y hecho, os dejamos con su entrevista:
Enrique, ¿cómo llegaste al mundo de la ilustración infantil?
El
mundo de la ilustración me apasionaba desde muy pequeño. De esto tienen
mucha “culpa” varias personas. Me recuerdo también boquiabierto viendo
dibujar a José Ramón Sánchez; marcó a muchos niños y niñas de mi
generación. Pero cuando terminé Bellas Artes seguí por inercia el camino
más cómodo de exponer mis pinturas. Como más o menos iba tirando, no me
planteé otra cosa.
Cuando llega la crisis y ese mundo de la galería se
vino abajo, pensé de inmediato que había llegado el momento de la
ilustración. Siempre había necesitado hacerlo y era la oportunidad.
Supongo que antes había ido buscando y encontrando o inventando excusas:
esto es muy difícil, no sé nada del mundo editorial, etc… para no
plantar cara al terror que produce enfrentarte a todo esto. Pero la
cabra tira al monte y me encerré a dibujar varios meses; preparé una
serie de dibujos fieles a mi manera de ver y hacer las cosas, no me
adapté a nada ni a nadie, simplemente hice lo que necesitaba hacer,
apareció Kalandraka luego Cuento de Luz, Almadraba, Almuzara, Tres
Tigres Tristes… y aquí estamos.
¿Para quién es más fácil ilustrar,
para niños o adultos?
Para adultos, seguro. Los niños son
muy exigentes. Eso sí, cuando dibujas para ellos tienes la ventaja de
que vas a saber qué les interesa de tu trabajo y qué no y puedes ir
jugando con esas pistas que te dan; el adulto suele esconder o al menos
suavizar su verdadera opinión.
¿Qué ha supuesto para ti recibir la
prestigiosa Medalla de Oro al mejor ilustrador en los Moonbeam
Children´s Book de EEUU en 2012?
Pues fundamentalmente
una cosa: me da fuerzas para seguir cuando el camino se pone cuesta
arriba. Una vez que pasan las normales alegrías iniciales por el premio,
vuelves a tu mesa, a tus lápices de colores, a tu dolor de espalda, a
tus gafas de cerca, a tu lupa, a tus miedos y manías. Entonces te
acuerdas de aquello y es como una bebida de aquellas que te da alas.
Hablemos de este original "Mecanistiario del Doctor Chaparelli",
¿cómo surgió la idea?
El Mecanistiario fue antes dibujo;
no podía ser de otra manera. Ha sido un proceso muy largo, pero
apasionante (sin pasión, sin la alegría de hacer, seguro que se hubiese
quedado el proyecto en un cajón; hubiese sido insoportable). He hecho
muchísimos dibujos hasta llegar al definitivo. Empecé a trabajar cada
animal en tamaño A-3 aproximadamente. El problema fue que aquello empezó
a tomar unas dimensiones gigantescas (que ya me hubiera gustado pero
era inviable), así que por ahí hubo que cortar después de meses
trabajando. Pedí ayuda, un poco de orientación (desde aquí MUCHAS
GRACIAS Silvia) y comencé a plantearme el proyecto más reducido con
vistas a que en el futuro se convirtiese en libro-acordeón.
Conocíamos tu faceta de ilustrador de textos de otros autores ¿es la
primera vez que eres el autor de las ilustraciones de tu propio texto?
¿Cómo te has sentido?
Sí. Es la primera vez que se
publica algo con ilustraciones y textos míos. Hay algunas cosas por ahí
guardadas pero aún no he conseguido reunir el valor suficiente para que
salgan de mis carpetas. En este caso hay que agradecer a Tres Tigres
Tristes ( o les tiraré de los bigotes, ya veremos (risas) ) que me
empujaran a hacerlo y todo el apoyo posterior hasta que aclaramos la
historia de Chaparelli una vez que ya estaba en marcha el proyecto.
Esto
es un camino lleno de dudas; no hay certezas, vives siempre al borde
del abismo. Así que me siento extraño, asustado. Da mucho miedo eso de
la primera vez (y la segunda, y la tercera....). En esos textos la única
pretensión que hay es la de divertir un poquito a quien lo lea, así que
lo que espero es que los lectores pasen un rato agradable con ellos.
En el acordeón vamos a encontrar al hipocondríaco dromedario (o el
camello porque Chaparelli no sabe muy bien distinguir entre uno y otro),
el avestruz al que le sienta regular el grano que come (pero cuyas
consecuencias el bicho sabe aprovechar para su beneficio), en fin cosas
que me pasan, que nos pasan, y que he aplicado a los pobres animalitos.
Quiero decir, que lo he pasado muy bien trabajando en ellos.
Nos encontramos ante un formato editorial arriesgado, a la vez que
original y atractivo, algo que caracteriza a la editorial Tres Tigres
Tristes ¿cómo ha sido tu relación con estos jóvenes emprendedores?
Pues
la relación ha sido maravillosa. Un gusto trabajar codo con codo con
ellos. Chaparelli y yo necesitábamos a unos “locos” dispuestos a hacer
locuras y eran ellos. Arriesgan y arriesgo (que si no, nos aburrimos,
y eso nunca): un buen equipo.
¿Quién decidió el formato de
"acordeón ilustrado" de esta obra, es idea tuya o propuesta de la
editorial?
Pues yo había planteado el dibujo para hacer
un acordeón pero no tenía muy claro cómo y los TTT se encargaron de
solucionar el problema con este formato que me pareció estupendo desde
el principio. La idea era que el dueño o dueña del libro, además de
poderlo tener como tal, lo pudiese colgar en la pared si en un momento
dado le apeteciera.
Confiesa, ¿qué tienen en común Enrique Quevedo y el Profesor Chaparelli?
(Risas) Somos uno. Dos cabras en una.
Y ahora ¿En que trabajas?
Pues
ahora estoy realizando una serie de dibujos para adultos (sirven de
desintoxicación después de los largos meses de trabajo en el
Mecanistiario, que en algunos momentos he tenido que llevar a la vez con
otros proyectos como La Danza del Tiempo), dos o tres proyectos a los
que voy dando forma para cuando haya orden de salida y cómo no, alguna
que otra nueva locura. Además empieza pronto la colaboración con Los
Cuentos de Bastian; una aventura que me tiene especialmente ilusionado.
Que no falte la alegría de hacer.
Por último, una pregunta quizás comprometida... ¿tiene el ilustrador Enrique Quevedo un ilustrador/a favorito?
Alguno
hay: Gorey o Tomi Ungerer. Hace unos días en la librería Rayuela de
Sevilla y gracias a Kalandraka pudimos disfrutar de un documental de
Canal + sobre la vida de Ungerer. Me maravilla la forma de ver las
cosas de este hombre. Además me gustó descubrir que tenemos una pasión
común además de los dibujitos: Irlanda, un lugar mágico donde se pierde
el miedo a la muerte.
Muchas gracias por concedernos esta entrevista Enrique.
JOSÉ CARLOS.
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