26 de abril de 2012

AZULÍN AZULADO


" Azulín azulado, hoy el cielo vuelve a estar despejado y miles de sonrisas vuelan sobre los tejados"

Esta es una  historia de encuentros, de llamadas a una puerta desconocida, de una mano tendida. Es una historia que canta a la amistad y a la compañía, a la ternura y al agradecimiento…Es este un cuento cargado de esperanza. Un cuento de Soledades compartidas.


Nuestra historia comienza en la calle Amapolas número 28. Allí vive Soledad, acompañada tan solo de su propia sombra a la que invitaba de vez en cuando a una tacita de té. Pasaba las horas cosiendo vestidos de lunares para las mariposas y capas de raso para los gorriones. En su soledad, Soledad recordaba aquellos días en los que el jardín, hoy descuidado, estaba lleno de risas y de juegos infantiles. Hoy solo la visitaba el cuco que al anochecer desde su cajita de latón la invitaba a ir a dormir….

”Azulín azulado otro día ha terminado”

Pero la vida nos da sorpresas y se va llenando poco a poco de seres que hacen que esta vuelva a ser diferente. Seres únicos que necesitan ese cariño que ella solo puede darles
.

El primero será Compañía que llenará su vida de poemas. El segundo será Alegría que le escribirá cuentos para contárselos a la luz de la luna, antes de que el pequeño cuco de latón los mande ir un día más a la cama….

“ Y azulín azulado, otro hermoso día que habéis estado a mi lado”

Y el tercero será Simpatía que llenará sus paredes de colores y dibujos, de retratos de perros y gatos mientras Soledad, esperando la primavera, cose gorritos de seda para las golondrinas. Y como cada noche el cuco canta antes de dormir…

“Azulín azulado, otro día feliz a vuestro lado”

He de decir que hacía tiempo que no me emocionaba tanto contemplando las ilustraciones de un libro. Y es que “Azulín Azulado” (Editorial Thule) el nuevo libro de Raquel Díaz Reguera viene cargado de ternura y lleno de emoción. Las miradas  tan expresivas que Raquel dibuja en los rostros de estos personajes lo dicen todo, solo basta detenerse en ellas para emocionarse. Pero la poesía de su texto se hace necesaria también para disfrutar aun más de este maravilloso libro que nos regala otra vez la autora hispalense. Un libro que nos habla de todo aquello que nos hace no sentirnos en soledad: compañía, alegría y simpatía. Y Raquel Díaz Reguera, le pone además ese toque de ternura que solo ella sabe hacer.

Y recuerda si pasas por la calle Amapolas número 28 no dudes en llamar a su puerta. Soledad te tendrá preparado un nombre que te vendrá como anillo al dedo, te tenderá su mano y seguro que será imposible abandonar su jardín. 


LUIS