“En el patio de la escuela había un árbol. Solo uno.
A Pedro le gustaba correr cerca de aquel árbol
durante los recreos. Cuando pasaba a su lado
lo miraba de reojo para no chocar con él.
Un día se detuvo y se fijó en su aspecto.
Era delgaducho, con ramas finas, como de alambre,
y tenía unas pocas hojas secas.
Pedro se acercó y acarició su tronco..”
Vivimos en un
mundo en constante transformación, y es por ello por lo que la humanidad debe
enfrentarse a enormes retos para conservar nuestros ecosistemas, muchos de
ellos en peligro. Un peligro que nos afecta a todos si no ponemos remedio y
tomamos conciencia de la importancia de proteger nuestro entorno de los
peligros que le acechan y del que somos responsables directos.
La educación
es un pilar fundamental para fomentar en nuestros alumnos y alumnas hábitos y
valores que les muestre la importancia de actuar directamente en nuestro medio
ambiente con el fin de protegerlo y sobre todo amarlo. Las políticas educativas
encaminadas a este fin son esenciales y prioritarias para hacer futuros adultos
comprometidos con la defensa de algo que nos pertenece, pero que
desafortunadamente no somos conscientes. Los pequeños gestos de hoy que podemos
y debemos inculcar a nuestros pequeños y pequeñas puede que sean el inicio de
un mundo más esperanzador.
De estos
pequeños pero grandes gestos es de lo que nos habla “El árbol de la escuela”,
la historia que hoy os traemos a Soñando Cuentos. Esta es la historia de un árbol,
el patio de un colegio y también la de Pedro. En la escuela de Pedro había solo
un árbol. Un árbol debilucho, con las ramas finas, tan finas como el alambre. Cada
día Pedro se encariñará con él. Abrazos tras abrazos, riegos tras riego, Pedro observará
con asombro como este pequeño e insignificante arbolito le irá regalando sorpresas día tras día, que lo llevará a él y a nosotros a un final sorprendente.
"El árbol de
la escuela" escrito por Antonio Sandoval e ilustrado por Emilio Urberuaga es una
auténtica joya. Una historia de amor a la naturaleza, repleta de esos pequeños gestos de los que está tan necesitada
y de los que hablábamos al inicio de
esta entrada, esenciales para conseguir un mundo más sostenible. Pequeños gestos
ante los que la naturaleza no quedará
impasible y que sin duda tendrán respuesta. Un cuento lleno de ternura, en la que los niños y niñas de esta historia
nos llenan de esperanza. En nuestras
manos está que en cada patio de una escuela cualquiera, en cada casa en o en cada calle sigan existiendo árboles a los que abrazar.
"El árbol de la escuela" ha sido editado por Editorial Kalandraka.
LUIS