Era una noche sin luna…
El reloj daba la UNA… ¡DONG!
De pronto, Mateo se despertó asustado.
Había escuchado un ruido detrás de la puerta,
donde estaban colgados los abrigos.
Miró hacia allí, pero solo vio una sombra…
Abrió mucho los ojos, sin parpadear,
y la sombra se transformó en un… ¡MONSTRUO!
El miedo es una característica común a muchas personas, es universal, ¿quién no ha tenido miedo alguna vez en su vida?. Esta circunstancia, además, se acentúa en los niños y niñas pequeños.
Los temores infantiles varían según el niño/a y las situaciones en las que él vive, aunque, por lo general los miedos empiezan alrededor del primer año de vida, y se presentan con mayor incidencia entre los 3 y los 6 años de edad, edad que nos ocupa a los maestros/as de Educación Infantil. Según algunos investigadores, los miedos cambian a medida que el niño va creciendo. Lo más importante es que los docentes y familiares podemos ayudar a nuestros alumnos/as a entender que los miedos son sentimientos totalmente normales y que pueden superarse.
Lo que parece estar claro es que el miedo aparece porque hay alguien que lo enseña (las películas, los cuentos, las historias de algunas personas, etc.), y desaparecerá cuando haya alguien que lo disuelva. De ahí que trabajemos cuentos como éste en nuestras aulas y también en casa.
Durante siglos hemos pensado que los niños temen a las brujas, al coco, lobos, fantasmas, ogros, a la oscuridad,… pero ¿continúan teniendo hoy en día estos mismos miedos? Las cosas han cambiado mucho, pero creo que no tanto....
En el álbum "¡A mí no me comas!" (editorial Oqo), Margarita del Mazo vuelve a recordar el miedo a la oscuridad que sufría de pequeña y lo utiliza para contarnos la historia de Mateo, el niño que intenta convencer a todos los miembros de su familia para que duerman con él.
Lejos de burlarse, su madre opta por darle confianza para vencer su miedo, valor para enfrentarse a ese monstruo horrible y así va pasando el protagonista del temor a la valentía, acompañándose de algunas dosis de astucia y es que... ¡no se puede convencer tan fácilmente a un monstruo para que no te coma!
El ilustrador ucraniano Vitali Konstantinov recurre al lápiz de grafito y crayones de colores claros sobre el fondo rojo (como el color del mostruo) para recrear la historia de Mateo y su miedo a la oscuridad. Un álbum.... ¡de auténtico miedo!
JOSÉ CARLOS.