"Los veranos en La Habana son muy calurosos y sofocantes, por eso en casa de Dorita dormían con las puertas de los balcones abiertas para que la brisa que venía del mar recorriera habitación tras habitación, invadiera todo y refrescara las blanquísimas sábanas de algodón"
En estos días todos estamos deseando coger nuestra maleta, meter en ella nuestros mayores deseos y salir a descubrir el mundo... Pero también esperamos impacientes la llegada de nuestros seres queridos para que nos cuenten, sentados tranquilamente delante de un café, qué maravillas han visto en cada uno de sus viajes, mientras los escuchamos espectantes de emoción.
En estos días todos estamos deseando coger nuestra maleta, meter en ella nuestros mayores deseos y salir a descubrir el mundo... Pero también esperamos impacientes la llegada de nuestros seres queridos para que nos cuenten, sentados tranquilamente delante de un café, qué maravillas han visto en cada uno de sus viajes, mientras los escuchamos espectantes de emoción.
Esto es lo que lo ocurre a Dorita y sus hermanos, que esperan impacientes en la Habana la llegada de la tía Clara, que dulcemente les narrará los hermosos lugares que ha visitado y que, además, les traerá una gran sopresa en su maleta azul... ¿qué será?...
Otra bella historia de la editorial Pintar-Pintar, con un texto sencillo y tierno de la cubana Aída Elizabeth Falcón Montes e ilustraciones de Sandra de la Prada.
JOSÉ CARLOS.