27 de enero de 2016

ENTREVISTA: HABLAMOS DE POESÍA CON Mª ROSA SERDIO

Hoy os traemos la entrevista que amablemente nos ha concedido la maestra y poeta asturiana, Mª Rosa Serdio.

Con motivo de la reciente publicación de su último libro "Bolso de niebla", que ha ilustrado Julio A. Blasco y ha sido editado por Pintar-Pintar, hemos aprovechado la ocasión para preguntarle sobre este nuevo libro y otras cuestiones relacionadas con la poesía, su gran pasión (tan apasionada es que como docente propone la lectura de un poema al día como borrador de la monotonía).

Sin más, os dejamos con su entrevista:

1. ¿Nos puedes contar qué podrá el lector encontrar en tu nuevo libro “Bolso de niebla”?

Me gusta mucho pensar que cada lector va a encontrar libertad de acción y elección. Cada persona que se acerca al libro, y ya me lo han dicho varias veces, va dando sus vueltas por adentro, por afuera, regresa, tantea, susurra y lee en voz alta, acaricia, reflexiona y sonríe o se va con un runrún en el andar. Caminar en la niebla precisa dejarse llevar por las voces del texto. A veces ni los títulos te indican el camino. Y, más que seguro, cada lector hallará interrogantes y sorpresas.


2. Las poesías de este libro han sido ilustradas por Julio A. Blasco, ¿habéis colaborado en algún momento en el proceso de ilustración o se le ha dejado total libertad al ilustrador?

La palabra libertad es la bandera que ondea en este Proyecto desde el primer día. Y es una enorme suerte que Julio Antonio Blasco López haya sido el ilustrador elegido por Pintar-Pintar, con quien ya tiene editados otros dos libros estupendos. Esta decisión me ha ofrecido una gran emoción en el momento en que me la comunicaron, una tarde fantástica cuando vi las pruebas de imprenta y un agradecimiento constante. Sé de su Arte y de su compromiso en cada trabajo y en éste, además, ha echado el resto como puede apreciarse en cuanto se abre el libro.

3. ¿Cuándo empezaste a escribir?

Precisar el momento exacto es imposible. Quizá cuando empecé escuchar todo lo que se contaba y cantaba en mi casa y lo reescribía al hacerlo mío en privado o en público al volver a contar y a cantar con un público atento en un lugar de voces múltiples, de edades muy distintas, con una historia familiar plural, con personas que contaban muy bien, tenían buen oído, enseñaban a prestar atención. Siempre tuve buena mano, como suele decirse, pero ellos me enseñaron a contar con precisión e intención. Luego, profesionalmente, siempre pulí esa faceta y la compartí con mis alumnos ampliando nuestro bagaje literario juntos, una de las cosas que más valoro del proceso.
 
4. ¿Qué es para Mª Rosa Serdio la poesía?

Tengo una afición personal por guardar las definiciones que de la poesía han dado los poetas que me gusta leer. Y cada uno de ellos da su visión. Recomiendo un paseo por esas definiciones que, además, aportan un sentido esclarecedor a la lectura de su obra. Para mí es una pequeña voz que canta en la niebla, una rendija de luz que se cuela por la puerta apenas abierta y en la que bailan los mundos posibles por un instante. Estar presente y abierto para ver qué sucede. Elegir dejarlos por escrito o no…ya es otro asunto.


5. ¿Qué herramientas son necesarias para ser buen poeta?

La atención y la sensibilidad a lo que vibra son fundamentales. Saber ver donde apenas nada se mueve pero uno siente que algo está sucediendo o puede suceder. Ponerse bajo ese árbol del que habló Juan Gelman que no tiene ramas pero da sombra. Es difícil dejar una lista de cualidades pero, básicamente, es la posibilidad de sentir el mundo a través de una experiencia personal distinta.

6. ¿Poeta se nace o se hace?

Poeta es una de esas palabras de talla grande que, a veces, se conceden con demasiada alegría o en rebajas. Alguien que siente lo que hace, sea amasar barro o labrar un campo puede ser la encarnación de la palabra poeta. Ambas cosas son precisas: nacer al instante poético y estar disponible para fijarlo antes de que ya no sea. Uno se está creando a cada instante, se está revisando en su sentir y en su andar por el mundo. Creo que para ser poeta es necesario saberse múltiple y aceptar esas otras voces con compromiso. Otra cosa es escribir versos con más o menos fortuna.

7. ¿Qué crees que es más difícil, escribir narrativa o poesía?

Escribir es una cuestión de apertura, de darse el tiempo preciso para madurar y mantener el pulso que te propone lo que se está diciendo. Ambas son maneras diferentes de sentir la palabra como herramienta de comunicación con tiempos diferentes y organización distinta. Son pesos diferentes y distintos vuelos de la palabra. Lo que te convoca te indica el camino y el trabajo a seguir. El sentido y la suerte son determinantes para redondear o no la tarea.

8. ¿Cómo definirías a tu propia poesía?

Si algo pudiera decir de ella es que resulta clara, que invita a seguir el baile de las palabras sin enmarañar al lector pero sin ofrecerle tampoco facilidades en las que aburrirse. Los lectores más críticos hablan de unos textos de goteo, poblados de emoción, que juegan con el ritmo al paso de quien lee o escucha, que tiran de la vida en positivo, que ofrecen mundos imaginativos y que ofrecen cercana la posibilidad de la sorpresa. Algo más habrán de añadir los lectores que se vayan asomando a su interior.


9. Cómo ávida lectora que eres, ¿qué libros imprescindibles te llevarías a una isla desierta?

Siempre resulta complicado viajar con mucho equipaje a cualquier isla y desiertas… ¡quedan tan pocas! Cada vez hago maletas más básicas pero siempre llevaría un cuaderno donde poder anotar lo que el mar traiga para recordarlo si algún día regreso. Llevaría libros releídos para poder hacer fuego en la noche y ofrecerlos, poco a poco, a la nocturna suerte de vivir la aventura.

10. Sabemos que eres bastantes activa en las redes sociales ¿cómo crees que éstas están influyendo en el plano literario actual?

Ya he sido más activa de lo que lo soy actualmente. Mi blog de clase fue de los primeros del país que mostró y describió acciones concretas y comprobadas de lectura en aula y de encuentros con autores cuando nada había al respecto.

Este río que nos lleva, en el que todo está yéndose al instante, crea una dependencia de estar en pantalla que no es de mis favoritas aunque la utilice como persona de mi tiempo.

Creo que las redes han influido más en el aspecto comercial y que nos están dando una información apabullante por insistencia y continua novedad aunque, luego, se repiten los esquemas y los temas tratados con una asiduidad cansina y las librerías están desbordadas por este “efecto novedades”.

Sí, valoro especialmente la posibilidad que ofrecen las redes de mostrar textos y autores nuevos a públicos muy diferentes pero unidos por un lenguaje común, bien sea la imagen o el idioma pero hay un excesivo y continuo ruido de páginas nuevas en el que se mezclan muchas voces que, las más de las veces, resultan reiterativas. Las redes son adictivas como un escaparate de chucherías o un puesto de mercado donde se ofrece un panorama variopinto. Agrada visualmente en un primer instante pero, si no se sabe leer en su fondo por antes haber viajado mucho por los libros que son de referencia, puede ser decepcionante y, conociendo los cebos habituales en el anzuelo actual, su exceso de oferta puede llegar a ser ensordecedor. El lector ha de saber elegir qué se cree de lo que ve, lee o escucha y, sobre todo, distinguir si es humo en bonitos envases a precios que no siempre son equilibrados. Se agradecen páginas de referencias o que planteen temas de discusión y que vayan más allá de copiar la reseña editorial del libro o del compromiso con editoriales que facilitan, desinteresadamente, sus materiales. Y para ésas, sobran los dedos de las manos siendo muy benevolente.

11. ¿Nos puedes contar si andas en algún nuevo proyecto actualmente?

Siempre se anda tras de algún sueño nuevo, naturalmente. Tengo materiales suficientes para dos o tres libros más. Terminados están otros dos. Uno está ya a la espera de su fecha de publicación, el otro… tomándose su tiempo de maceración. Un libro es un azar probable pero no se sabe en qué tiempo sucederá. Siempre es cosa de que se encuentren los tiempos adecuados para todos.

La prisa nunca ha sido mi fuerte. En el aula y en la vida los tiempos son los que son y hay que cumplirlos en todas su fases porque no es cuestión de empujar al azar. Al menos nunca ha sido ni es mi estilo empujar la llegada de la Primavera aunque sí disfrutar pausadamente de lo que el trabajo paciente vaya consiguiendo. Me ha funcionado y me funciona.


Muchas gracias Mª Rosa, por concedernos esta interesante entrevista.