Mi experiencia como maestro a lo largo de estos años me ha hecho descubrir que la imaginación infantil no tiene límites y que los niños y niñas, en sus descripciones de acontecimientos, lugares o personas, siempre destacan y se fijan, especialmente, en lo más asombroso de las cosas, aquello que más le llama la atención y, por supuesto, cuanto más extraño sea de lo que hablan, mucho mejor.
En este sentido, hay tópicos que definen a las distintas culturas que en la mirada de un niño, sin duda, se ven más que acrecentados, como el caso que nos ocupa. Si vas de viaje a la India no creo que sea frecuente encontrarte por la calle fakires comiendo cristales, pero si de repente viniera alguien de allí a visitarte ¿no molaría explicar a tus amigos que en tu casa está durmiendo un auténtico fakir de la India, que duerme en una cama de clavos y encanta serpientes con su flauta? Si eres un niño seguro que sí.
La llegada de alguien especial va a alterar la vida del barrio de nuestro protagonista, un pequeño que recibe la visita inesperada de su tío Harjir, recien llegado de la India montado a lomos de su elefante. El tío Harjir es de lo más especial: duerme en una cama con clavos (que le han tenido que hacer en una carpinteria del barrio, claro), come cristales y se acuesta con unos extraños calzoncillos que parecen pañales.
Como es obvio, en el barrio no se habla de otra cosa, todos están encantados con su visita. La señoras le invitan a té con pastas, café con rosquillas, le hacen retratos, le leen poesías. Y para colmo, el tío Harjir salvará con una cuerda y una flauta muy rara a un niño atrapado en la rama de un árbol, convirtiéndose en el héroe del barrio.
Pero ya sabemos que todo lo bueno tiene su final y el tío Harjir tiene que volver a la India, aunque no sin antes ayudar a los amigos del barrio, que tienen que enfrentarse con unos vecinos no tan agradables como Harjir, que merodean por la ciudad.
Sin duda, todos echarán mucho de menos al tío Harjir, especialmente su sobrino, a quien ha dejado un regalo muy especial...
"Mi tío Harjir", escrito e ilustrado por Fermín Solís y editado por Narval, nos ha encantado especialmente porque, con su toque de humor sencillo, nos acerca a un personaje de los que a nosotros nos gustan: una persona auténtica y diferente que vive como le gusta, sin más...
JOSÉ CARLOS.