Estimados amigos y amigas de Soñando Cuentos, tras un intenso y reconfortante periodo de vacaciones, en el que hemos podido recargar las pilas y pensar en nuevas e ilusionantes ideas, volvemos al trabajo en nuestro blog y lo hacemos con la reseña de un fantástico álbum que nos llega de la mano de la editorial Gustavo Gili: Las Alfazetas.
Nuestra historia transcurre en una solitaria habitación amarilla. Una habitación que en la primera página aparece vacía pero que poco a poco se va llenando de unos extraños y divertidos personajes: las alfazetas. La primera en aparecer en la Airada A, de color rosa y verde, con patas gordas y espinosas.
Poco despúes aparecen la Blandengue B y más tarde las Confusa C y Dinámica D. Una tras otra y página tras página, van apareciendo estas extrañas y revoltosas letras hasta completar el abecedario, convirtiendo esta loca habitación amarilla en una especie de camarote de los hermanos Marx, lleno de ruido, donde todas las letras empujan, golpean y patalean.
Un completo desastre hasta que..... Un final inesperado y sorprendente el de esta historia protagonizada por estas letras, las alfazetas, basadas en caracteres reales que pertenecen a distintas familias tipográficas. Al final del álbum podréis comprobar quién es quién en el reparto de esta disparatada historia.
El texto se Shirley Gilton Glaser aparece acompañado de las fabulosas ilustraciones de su marido Milton Glaser, diseñador gráfico americano mundialmente conocido por ser el creador del célebre logo I ♥ NY, que seguro reconoceréis.
Con este álbum, Milton hace su incursión en el mundo de la literatura infantil de la mejor forma que sabe, mostrándonos el mundo de las letras con su particular visión tipográfica de las mismas. Él nos muestra la parte estética y visual, pero es su mujer al través del texto la que nos enseña que efectivamente las letras pueden ser de muchas y distintas formas, pero cuando consiguen ponerse juntas pueden convertirse en un mensaje con armonía. Como es en sí mismo este álbum, un libro que empieza sin sentido, pero acaba con un final sorprendente.
JOSÉ CARLOS.