
Abandonado, que así se llama nuestro singular protagonista, es un perro diferente, al que echan de su casa por ser color melón. Triste y solo en la calle, se pregunta “¿Porqué no seré de otro color? Así nadie me quiere”.Pero su suerte cambirá, cuando un buen día, conoció a Tomás que al verlo solo, triste y abandonado, no se lo pensó dos veces y se lo llevó a su casa, sin importarle su color. Allí, le pusieron un pañuelo rojo atado al cuello, un tazón de agua fresca, una comida calentita, que le sentó estupendamente, ya que llevaba días y días sin comer y una mullidita manta para que durmiera muy calentito. Desde aquel momento, Abandonado vivió junto a Tomás y su familia y pasó a llamarse, Meloncete, Meloncín y Meloncito.
“El perro de color melón”, refleja el problema del abandono de animales domésticos de una manera más natural y accesible para los más pequeños, mientras estimula su tolerancia por lo diferente y la solidaridad con los más débiles.
En definitiva, muestra de manera divertida como los animales domésticos pueden enseñarnos importantes lecciones de madurez y tolerancia.
Con este cuento, he podido trabajar en el aula, el cuidado y respeto hacia los animales, sin importarnos las diferencias, la expresión de sentimientos, que tanto trabajo les cuesta a mis alumnos, y con ello por tanto, el lenguaje y la expresión oral.
(Proyecto y dirección: Defensor del menor en la comunidad de Madrid y Asociación “el refugio”).
María José. (5 años).