8 de abril de 2012

HAROLD Y EL LÁPIZ MORADO



Nuestro pequeño protagonista, una noche cualquiera decide dar un paseo bajo la luz de la luna. Pero, no hay luna… ¿adivináis que hizo?...

Fue toda una suerte que en ese momento Harold llevara consigo su lápiz morado, así que dibujó una luna. Necesitaba también un lugar por el que caminar, así que hizo una línea larga y recta, así, ¡claro! no se perdería…En su recorrido necesitaba un bosque, pero como no quería perderse solo dibujó un árbol, que resulta ser un manzano, con sabrosas manzanas rojas, al que cuidará un dragón, un dragón terriblemente aterrador que incluso asustó a Harold. En ese momento su mano tiembla tanto, tanto…que un océano lo cubre … Dibuja un bote, una playa, un picnic, animales para comerse las sobras, una colina para encontrar su casa. Harold cae por el lado no dibujado de la colina. Dibuja un globo aerostático, una pista de aterrizaje y trata de regresar a su habitación. Dibuja una casa, un edificio, una ciudad, un policía… Pero no encuentra su casa. Recuerda que la luna siempre está en su ventana, entonces dibuja una ventana enmarcando la luna que dibujó al comienzo del paseo. Agrega una cama, una manta y se va a dormir.


Derroche de imaginación es lo que desprenden cada una de las páginas de “Harold y el lápiz morado”. Dibujos de líneas sencillas, que nos llevan a pasear junto a Harold por todo un universo de líneas moradas, las cuales nos muestran el mundo imaginativo del protagonista. Nos enseña que los deseos, dificultades e imprevistos son posibles de resolver o afrontar con éxito haciendo un buen uso de la imaginación.


“Harold y el lápiz morado”, escrito e ilustrado por Crockett Johnson, fue publicado por primera vez en 1955 en Nueva York. En 1995 Harper Arco Iris lo editó en español, traducido del inglés por Teresa Mlawer. Siendo ahora editado por Jaguar -miau- .

Un libro sencillo, inolvidable y morado.....

Os dejamos con Harold y su lápiz morado, sin duda nos dará muchas ideas para aplicar con nuestros alumnos y alumnas en clase. Divertido...¿no?


María José.