8 de junio de 2016

ARMANDO.


Hay veces que la portada de un libro nos puede llevar a engaño, sea para bien o para mal, como en el caso del álbum del que os hablamos hoy. Cuando lo vi el otro día en la librería me imaginé que estábamos ante uno de esos libros sobre un personaje famoso (en este caso una estrella del fútbol) en el que se adapta su biografía a los más pequeños, aprovechando la fama que le precede. Pero fue la librera la que me dijo que lo cogiera, que no me dejara engañar, porque me podría sorprender... ¡y vaya si lo hizo!

"Armando", una novedad de la editorial Takatuka escrito e ilustrado por el vallisoletano Fernando Pérez Hernando (de cuya obra ya nos enamoramos cuando publicó "La escalera roja" con Kalandraka), no es un libro sobre el famoso jugador argentino; ni mucho menos, de echo el astro futbolero no aparece en ninguna de sus páginas. Es la historia de un padre obsesionado por el fútbol, hasta tal punto que le llega a poner a su hijo ese nombre.


Como muchas veces ocurre, aunque lo hagan de forma inconsciente, los padres y madres proyectan en sus hijos e hijas sus propios gustos o pasiones, presionando a los más pequeños para que se  conviertan en lo que ellos no han podido. En este caso, el padre de armando vive obsesionado con que a su hijo le guste el fútbol y se convierta en un gran jugador, a ser posible el mejor, y por eso se pasa el día enseñando al niño los secretos de este deporte. 




Pero resulta que a Armando no le gusta tanto el fútbol como a su padre le gustaría y el día que le regalan una pelota, por mucho que su padre lo intenta, el pequeño no le ve diversión a eso darle patadas. De hecho, se le da fatal, así que se las ingeniará para usar la pelota, pero para otra cosa mucho más divertida.

Las atractivas ilustraciones, unidas a un texto cargado de humor y sorpresa, harán sin duda las delicias de los más pequeños de casa o el cole y les acercarán a un buen mensaje: no a todos nos tienen que gustar los mismos juegos por obligación... cada cual que juegue a lo que más le guste, ¡sea o no el fútbol!

JOSÉ CARLOS.