24 de octubre de 2014

UNA FELIZ CATÁSTROFE




A veces los sucesos más inesperados, aunque puedan parecer en un principio dolorosos o adversos,  pueden cambiarnos la vida. En un instante hacen que puedan modificarse nuestra forma de pensar y nuestra forma de actuar. 

Esto, y aunque el título de esta historia pueda parecer contradictorio,  es lo que le ocurre a esta familia de pequeños ratones en “Una feliz catástrofe”.


Antes de la catástrofe la pequeña familia Ratón vivía en una modesta madriguera entre la alacena y la cocina de una lujosa mansión. El señor Ratón estaba como todos los ratones orgulloso de sus bigotes, de su voz grave y amante de la buena mesa. Después de su duro trabajo en la empresa y después de la sobremesa el señor Ratón contaba mil y una historias a sus hijos, los cuales le escuchaban entusiasmados. Pero lo cierto es que lo que más deseaba el señor Ratón era estar tranquilo, leer su periódico, sus zapatillas, orden, calma, los niños quietecitos, un aperitivo, un cigarrito y sobre todo, sobre todo, la cena que siempre era preparada con gran amor por la señora Ratona.


Por el contrario la señora Ratona era abnegada, cuidadosa y amorosa con su gran prole, dulce y modesta como todas señoras Ratonas, pero sobre todo dócil. Cuidaba y mantenía limpia y en orden su madriguera y como no, sus hijos estaban aseados y bien alimentados. Era tan paciente que incluso permitía que el señor Ratón le diera lecciones de cocina sobre la comida que ella preparaba con tanto esmero. Tal era su paciencia que podía escuchar las largas historias que el señor ratón contaba a sus pequeños mientras ella recogía la mesa y fregaba los platos después de la cena……hasta  que entre tanta monotonía,  llegó por fin la feliz catástrofe que lo cambiaría todo para siempre.


Hay situaciones que no pueden mantenerse por mucho tiempo y aunque la historia de esta familia de  ratones no nos resulte tan alejada, y sea aún muy común en muchos hogares, basta solo con una pequeño suceso para que todo cambie y nos lleve a modificar aquello la sociedad nos ha impuesto. 

Cambiar los papeles, modificar y eliminar estereotipos machistas es lo que nos ofrece esta maravillosa fábula de Adela Turín, autora del clásico "Rosa Caramelo". La escritora es  todo un referente ya desde la década de los 70 acercando a los más pequeños a temas coeducativos a través de la literatura, de modo que ya desde la infancia se pueda combatir la discriminación de género y se transformen los roles familiares.

La fábula que nos acerca Adela Turín no está desfasada, todo lo contrario. La permanecía de estereotipos sexistas aún impera por desgracia  en nuestra sociedad y erradicarlos no es tan sencillo, por ello sus historias no pasan de moda.
Es así que desde la escuela y sobre todo en el seno familiar estas historias se deban contar una y otra vez .Pero sobre todo, y ante todo exige una reflexión posterior a su lectura con los más pequeños para erradicar, aunque sea difícil el machismo imperante en nuestra sociedad. 


Adela Turín y Nelia Bosnia crearon en 1975 esta historia para revisar el lugar que ocupa la figura femenina en la familia y en la sociedad. Después de 40 años algo ha cambiado pero nos queda muchísimo camino que recorrer, por ello la Editorial Kalandraka con gran acierto ha rescatado este clásico de la literatura infantil que hoy os ofrecemos ya que aún es necesaria esa reflexión que nos lleve a una sociedad verdaderamente igualitaria.
 Gracias a la Editorial Kalandraka por hacernos llegar sus maravillosas historias. 

LUIS

2 comentarios:

Remei Gómez Gracia dijo...

¡Muchas gracias por esta entrada! ¡Y a Kalandraka por reeditar esta historia que, seguro han hecho con mucho mimo y estilo como siempre!
Me encanta esta historia y comparto vuestra preocupación por la posición de las mujeres en la sociedad y en la literatura. ¡Poco a poco pero con paso firme cambiaremos estas concepciones!

Unknown dijo...

Leí este cuento de niña, hace varias décadas! Me encantó poder encontrarlo en este portal.