9 de mayo de 2011

EL ZORRO QUE PERDIÓ LA MEMORIA


“Érase una vez un viejo zorro sin memoria.
Él no sabía nada y únicamente sentía.
Sentía cuando alguien lamía sus heridas.
Sentía lo que es no tener hambre.
Le gustaba que los jóvenes zorros hablaran de la caza.
Admiraba sus trucos, sobre todo el de la pajita.
Algunas cosas le resultaban difíciles:
No podía acordarse de ningún nombre.
No encontraba el camino a casa."


Hace unos días un amigo contaba los difíciles momentos, por los que pasa su madre. Cada nueva experiencia, cada detalle, no sin ocultar su dolor, los recordaba con alegría,…Aumentaba el amor hacia su madre, me contaba, que cada día era más una niña. Lo difícil para él era explicar a su hija lo que estaba ocurriendo.

Los que tienen a su lado a un enfermo de alzhéimer saben lo duro que es tener frente a frente a alguien que ha perdido sus recuerdos, su memoria y hasta el más mínimo detalle de sus vida y de los que le acompañan.

Martín Baltsheit en “El zorro que perdió la memoria” nos acerca sin dramatismo y sin nombrarla a la dura y tan actual enfermedad del Alzheimer. En esta tierna historia Baltsheit nos explica con sensibilidad y delicadeza como un zorro dedica a transmitir sus conocimientos y sus experiencias a las generaciones más jóvenes hasta que un día su memoria comienza a desvanecerse. Estas historias llenas de ternura, nos ofrecen la oportunidad de acercar a los más pequeños sin dramatismos a situaciones tan actuales y que en muchas ocasiones pueden ser muy cercanas para ellos y a los padres y maestros a facilitarnos a través de historias tan conmovedoras que podamos dar una explicación a temas tan complicados.

Podemos olvidar quienes somos pero nunca olvidaremos lo que sentimos.

“Él no sabía nada y únicamente sentía.
Sentía cuando alguien lamía sus heridas.”

Editado por Lóguez Ediciones

LUIS

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