¿Quién cuando ha sido pequeño no ha tenido miedo a la oscuridad en algún momento?.“ Mamá, no apagues la luz…enciende la luz del pasillo”, hemos exclamado en alguna ocasión.¿Cuántas cosas dejábamos de hacer por ese miedo?, ¿cuántas cosas maravillosas nos perdíamos?....
Ray Bradbury, nuestro escritor, creó esta historia para evitar que muchos niños se perdieran, como nuestro protagonista, en sus particulares mundos iluminados."Encender la noche" nos cuenta la historia de un niño "al que no le gustaba la noche"
“le gustaban las linternas, las lámparas, las antorchas…los relámpagos, pero no la noche”.
Recorría cada una de las estancias de su casa, leyendo, comiendo, paseando en bici pero jamás afuera…en la noche. Miraba a través de su ventana como los niños jugaban en las noches de verano, él se quedaba arriba, en su cuarto, con sus lámparas, linternas, candelabros, completamente sólo.
Pero una noche todo cambió, “Me llamo Oscuridad, yo te presentaré la noche”.
En ese momento la historia de un giro, él ya no se encuentra sólo, hay alguien que se preocupa por mostrarle que “se puede encender y apagar la noche igual que se puede encender y apagar una lámpara. Con el mismo interruptor”.
“El cielo es una casa con luces en el vestíbulo
y luces en el salón, luces rosadas y
luces tenues, luces rojas, luces verdes,
luces azules, luces amarillas, resplandores,
relámpagos y luces en el pasillo”.
y luces en el salón, luces rosadas y
luces tenues, luces rojas, luces verdes,
luces azules, luces amarillas, resplandores,
relámpagos y luces en el pasillo”.
“¿Quién puede escuchar a los grillos con las luces encendidas ?Nadie,
¿quién puede oír a las ranas con las luces encendidas? Nadie.
¿Quién puede ver las estrellas con las luces encendidas? Nadie.
¿quién puede oír a las ranas con las luces encendidas? Nadie.
¿Quién puede ver las estrellas con las luces encendidas? Nadie.
“Y encendieron los grillos.
Y encendieron las ranas.
Y encendieron la luna de helado blanco…”.
Y encendieron las ranas.
Y encendieron la luna de helado blanco…”.
A partir de ese momento jamás volvió a tener miedo a la oscuridad, y siempre, siempre estará dispuesto a “Encender la noche”.
Es Kókinos quién nos trae esta hermosa historia a través de un álbum ilustrado con ternura y gran expresividad por Noemí Villamuza. Esta artista, de impecable trayectoria dedicada al público infantil, tiene en el lápiz y en la creación de volúmenes redondeados sus principales señas de identidad. Con colores tenues, matizados por el juego de luces y sombras, compone un conjunto de escenas que recogen con fidelidad la esencia y el tono del relato de Bradbury. Entre los recursos utilizados, además de una especial destreza con el carbón, destaca el uso de sutiles elementos simbólicos, como el juego cromático que permite delimitar ambientes y sensaciones: amarillo sobre negro para el niño que se protege con la luz, verde sombreado para los niños felices que juegan en la oscuridad y violeta para el mundo de la noche, con su luz particular.
Un libro, a tener en cuenta en nuestra biblioteca y que encenderá de seguro las noches de los más pequeños.
MARÍA JOSÉ.