Paseas por la ciudad un domingo cualquiera en el que los comercios están cerrados, te acercas al escaparate de una librería y ves un libro en cuya portada se vislumbran inumerables personajes y un titulo escueto…”LA CASA”. Al día siguiente, cuando ya lo tienes en tus manos te das cuenta, porqué te encandiló con solo con verlo en el escaparate.
La editorial Kalandraka nos regala “La Casa”, un libro precioso del escritor norteamericano Patrick Lewis. La casa nos cuenta las historias que vive a lo largo del tiempo, como si tuviera vida propia. Nos sumerge en un viaje a través del tiempo, describiendo todo aquello que va sucediendo entre sus cuatro paredes y mas allá de ellas a lo largo de su historia.
En el dintel de la puerta puede leerse «1656»: un año de peste, el año de su construcción. La hicieron de piedra y madera pero, con el paso del tiempo, sus ventanas comenzaron a ver y sus cornisas a oír. Vio crecer familias y caer árboles. Oyó risas y disparos, conoció tormentas, martillos y sierras, y finalmente, fue abandonada. Mucho tiempo después, un día, unos niños se aventuraron bajo su sombra buscando setas y castañas, y volvió a nacer con el amanecer de la edad moderna...
Las ilustraciones magistrales e hiperrealistas del artista Roberto Inocenti (del que nos ocuparemos en proximas entradas) nos ayudan a viajar por la vida de esta casa. Inocenti, la hace magestuosa en su devenir frente a los cambios que suceden a su alredor. Nadie como el para describirnos y dar vida a esta casa como si fuera un personaje más. Las ilustraciones minuciosas, pobladas de innumerables personajes, nos recuerdan a pintores como Peter Brueghel el Viejo. Esta maestría en la ilustración le hizo alzarse con el premio Premio Hans Christian Andersen 2008 a la totalidad de su obra.
LUIS.