Eh!¡Eh! No tan deprisa...
¿Qué pasaría si todos los gatos llevasen botas?
Ni todos los gatos llevan botas
ni todas las brujas son malvadas
ni todos los príncipes se convierten en ranas.
¡Eso son cuentos!. (O no).
El departemaneto de Comunicación de la Editorial Oqo nos ha hecho llegar la reseña de sus últimas novedades. Entre ellas, hay una que nos ha llamado especialmente la atención, "SI LOS GATOS LLEVASEN BOTAS GOBERNARÍAN LAS RANAS", una disparatada historia en el que los protagonistas son los personajes tradicionales de la literatura infantil, pero con una imagen bastante diferente a la que estamos acostumbrados a verlos en otros cuentos.
Os pasamos la reseña de Oqo sobre el cuento:
"Este es un libro sobre gatos condenados a calzarse, viudas aficionadas a la moda, amantes de los animales, avalanchas de ratones, flautistas retirados, albañiles de servicio, extraños aparatos que sostienen la luna, brujas en un mal día, revueltas populares, reyes, reinas, princesas... que cuenta la increíble (pero cierta) historia de cómo las ranas acabaron gobernando el mundo.
Raquel Saiz, autora de El día en que a mamá se le puso cara de tetera, es una colaboradora habitual de OQO editora. En este álbum reincide en la ruptura con los convencionalismos y estereotipos que los cuentos populares han transmitido generación tras generación, tal y como hizo en El trasero del Rey, ¡Que chaparrón! o Nariz de oro.
Si los gatos llevasen botas gobernarían las ranas es una revisión de el cuento popular europeo recopilado en 1697 por Charles Perrault en su Cuento de mamá ganso (Contes de ma mère l’Oye) y es, sobre todo, una coctelera de protagonistas de relatos clásicos infantiles: los ratones y el Flautista de Hamelin, brujas, príncipes convertidos en ranas, princesas dispuestas a besarles (aunque con asco) para romper infructuosamente el hechizo. “Este no pretende ser un cuento sobre el mundo, es un cuento sobre los propios cuentos; porque las historias tienen sus normas y es peligroso cambiarlas”, advierte la autora.
Así, a pesar de lo irreverente de estas múltiples reinterpretaciones (El Flautista de Hamelin está retirado en una islita del Pacífico, después de ganar una fortuna atrayendo a ricas herederas con su flauta), este álbum mantiene intacta la parodia aguda de la relación entre el pueblo y la aristocracia, que se arroga el poder de dictar las normas del gusto y la política.
Al igual que en Sopa de Nada, Rashin Kheiriyeh capta perfectamente el tono desenfadado y divertido de la historia. Así, la ilustradora iraní convence con su apuesta colorista y representación original y arriesgada de los personajes de los cuentos clásicos.
La autora de Si los gatos llevasen botas gobernarían las ranas se anima a dar dos recomendaciones para adentrarnos en la lectura de este libro: “Los cuentos no son algo para tomárselo a broma” y “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”. (O no)." (Fuente: Editorial OQO).
Gracias a la Editorial OQO, por mantenernos informados de sus últimas novedades.