En aquella montaña,
el sol y la lluvia iban y venían todos los días.
Por las mañanas brillaba el sol
y las lagartijas correteaban.
Por las tardes llovía
y los caracoles salían a pasear....
El amor es más que un sentimiento, es una decisión. Y cuando has decidido con quien quieres pasar el resto de tus días ya no hay vuelta atrás, a pesar de las adversidades, a pesar también de las piedras en el camino, el amor todo lo puede... Cuando quieres estar realmente con alguien y eres correspondido, ¿no merece la pena luchar por este amor?
Nuestra historia se desarrolla en una montaña cualquiera, donde el sol y la lluvia van a vienen todos los días. Por las mañanas brilla el sol y las lagartijas corretean felices. Por la tarde comienza a llover y es entonces cuando los caracoles salen a pasear, mientras las lagartijas corren a refugiarse.
Una tarde, mientras Lagartija corría hacia su casa a refugiarse se cruzó con Caracol, que en ese momento asomaba la cabeza para contemplar la lluvia y entonces... ¡surgió el amor!.
Esa noche Lagartija soñó con él y decidió ir a buscarlo a la mañana siguiente. - ¿Dónde estás Caracol? - gritaba cada vez más fuerte, hasta que lo encontró. Pero claro, a esas horas Caracol siempre dormía, así que Lagartija no tuvo otro remedio que sentarse junto a él a esperar a que saliera. Y como cada tarde comenzó a llover y Lagartija tuvo que correr hacia su casa para no enfermar.
Esa noche Lagartija soñó con él y decidió ir a buscarlo a la mañana siguiente. - ¿Dónde estás Caracol? - gritaba cada vez más fuerte, hasta que lo encontró. Pero claro, a esas horas Caracol siempre dormía, así que Lagartija no tuvo otro remedio que sentarse junto a él a esperar a que saliera. Y como cada tarde comenzó a llover y Lagartija tuvo que correr hacia su casa para no enfermar.
Inevitablemente, así se va a repetir la historia cada día: cuando cae la tarde Lagartija tiene que volver a casa, no sin antes dejarle algún regalo a su amado junto al caparazón: a veces una violeta, otras una hoja roja de otoño o incluso un trébol de cuatro hojas... y, claro está, Caracol al despertarse se pregunta ¿quién dejará cada día aquellos regalos para él? Debe ser alguien muy especial.., ¡así que tendré que encontrarlo!
A pesar de preguntar a todos los habitantes de la montaña, los primeros días Caracol no la encontrará, hasta que una tarde Lagartija ya no puede más y decide no irse al comenzar la lluvia, para poder bailar junto a su amado. ¡Qué felicidad! ¡qué alegría! ¡por fín se han encontrado! Al principio todo irá bien, todo parece perfecto, hasta que Lagartija de tanto mojarse caerá enferma y tendrá que volver a su casa...
Pero no os preocupéis amigos, como el amor mueve barreras y todo lo puede, Caracol encontrará la solución para poder disfrutar de su amor para siempre ¿Cómo lo conseguirá? ¿Qué sorpresa le tendrá praparada a su amada? Lo descubriréis al final de esta hermosa historia escrita por Susanna Isern e ilustrada por los acrílicos y los pinceles, llenando la historia de amor de estos animalitos de una amplia gama de colores, con un toque de estilo algo naif.
Sin duda alguna, una bonita historia que reivindica el amor por encima de las diferencias. Una lección de perseverancia que demuestra que cuando quieres a alguien eres capaz de buscar la forma de poder estár juntos, pese a las barreras que se interpongan. ¡En la perseverancia y la imaginación, por tanto, está la solución!
JOSÉ CARLOS.