Aquella noche no iba a
ser como las demás…, mientras Lobo refunfuñaba porque de nuevo cenaría
¡sopa de verduras! y se relamía pensando en lo bien que le sentaría un
buen estofado de ovejita, la puerta sonó…una ovejita!!, sus suplicas se
hacían realidad. Cortés y amable, la invitó a pasar.
María José nos trae el divertido y enternecedor relato “La ovejita que vino a cenar”, en la que se trabajan valores como la solidaridad, la necesidad de ayudar a los más débiles y la amistad.