Un día Grisela se sintió muy triste,
tan triste como su piel gris.
«Tengo que hacer algo», pensó.
Cogió un bote de pintura roja y dijo:
-Si me pinto de un color alegre,
seguro que me pongo contenta...
tan triste como su piel gris.
«Tengo que hacer algo», pensó.
Cogió un bote de pintura roja y dijo:
-Si me pinto de un color alegre,
seguro que me pongo contenta...
Hay veces que nos sentimos muy tristes... días en los que nos gustaría cambiar de vida.... segundos en los que nos gustaría meternos en la piel de otra persona... pero al final siempre nos damos cuenta que lo mejor es sentirse bien con uno mismo, aceptándonos como somos, con nuestros defectos y virtudes.
Esta es una de las máximas que siempre pretendemos transmitir a nuestro alumnado y por eso ultilizamos en clase cuentos como "Grisela", de la editorial Faktoría K de Libros. La protagonista de esta historia es un ratoncita que se siente triste, tan triste como el color gris de su piel, y piensa que cambiando su aspecto se sentirá mejor, así que decide coger una brocha y ponerse manos a la obra. Pero el resultado no será lo que esperaba, pues cambiando su aspecto solo conseguió que los demás animales se burlaran de ella. Entonces se metió en el agua y todos descubrieron lo bonito que era el gris de su piel... y entonces se sintió bien.
El sencillo texto es obra de la escritora inglesa ANKE DE VRIES, autora de más de 60 libros infantiles y lo acompañan las ilustraciones de WILLEMIEN MIN. Imágenes muy simpáticas en las que destacan las figuras sobre el fondo blanco y en las que se mezclan el color con el lápiz negro y el collage con papel.
Una historia sencilla pero con un gran mensaje: "la importancia de ser uno mismo".
JOSÉ CARLOS.