Un día mi chupete desapareció. Mi madre me dijo que se lo había llevado la Luna (…). Yo no pensaba que la Luna fuera una ladrona y busqué mi chupete por toda la casa. Busqué en los cajones… pero no estaba.
Siempre hemos oído hablar en los cuentos de la luna como ese astro mágico que acompaña a muchas historias. Hemos leído y nos han leído muchas historias a esas horas en la que ella aparecía. Y como no, por ello es uno de los símbolos de nuestro blog. Pero nunca habíamos oído hablar de ella como “La luna ladrona”.
Este nuevo cuento del siempre genial Pablo Albo, publicado por la Editorial OqO permite a la luna asomarse a las ventanas de la casa de la protagonista de esta historia.Este hecho la hará culpable de la misteriosa desaparición de un objeto muy querido para su protagonista, su chupete. Será en este momento cuando se inicie una relación mágica y apasionante entre ellas dos.
Si en un principio este cuento podría servir a padres para intentar que sus hijos dejen el chupete, también podemos ver en él una segunda lectura con el que podemos reflexionar acerca de evitar las situaciones de dependencia y superar procesos de adaptación que podrían ser dolorosos. Como ocurre en el cuento, la superación de esa dependencia hace que ese echo traumático de lugar a la exploración autónoma de otros objetos y lugares que nos pueden hacer crecer.
Pero en este sencillo y poético cuento Pablo Albo y utilizando términos cinematográficos, usa lo que llamaríamos un "mcguffin" para adentrarnos con suspense en esta historia. El chupete y su pérdida serian simplemente una excusa argumental para avanzar en la historia y en el desarrollo y motivación del personaje. Por ello más que hablarnos de esa perdida, lo que al autor le interesa es la relación maravillosa y poética que se establece entre los protagonistas y la luna, lo cual supone otra vez encontramos con la magia y fascinación que siempre ha tenido la luna en todas las culturas, principalmente para niños y no tan niños.
Pero según el propio Pablo Albo, la historia, que parte de hechos reales, no pretende ser un “cuento de autoayuda” para padres en trance de que sus hijos dejen el chupete. Su intención como siempre es la del disfrute y la magia de las palabras……
“Mi intención no era hacer un libro útil, que sirviera para algo. Pido disculpas a los lectores que hayan pensado que este libro pretende ayudar a los padres e hijos en el difícil trance de dejar el chupete. Entiendo que puede parecerlo, pero no.
Como lector, esos libros que buscan desesperadamente ayudarme a algo o convencerme de alguna cosa me echan para atrás. El valor que siempre busco es el de la literatura, el disfrute con las palabras. Espero no haber caído en el lado oscuro de la pedagogía y las buenas intenciones.”
Dediquémonos pues, a disfrutar como siempre de la magia de este genial cuentacuentos y malabarista de palabras.
Las ilustraciones que llenan de luz y color el texto, corren a cargo del ilustrador canadiense Pierre Prat. Sus imágenes a doble página, atraen por la utilización de colores primarios fuertes y cálidos que harán captar la atención de aquellos que se inician por primera vez en la fascinante aventura de abrir las páginas de un libro.
LUIS
Bellísimo! Me encantó tu blog. LLegué aquí de casualidad, pero ya me quedo y te sigo =) Un abrazo!
ResponderEliminar¡Qué buena pinta!
ResponderEliminarEste Pablo es un pozo sin fondo que rebosa maravillas.
ResponderEliminarNo sé si viene a pelo aquí pero os comento que entre vuestras recomendaciones sobre libros para el 14 febrero echo en falta el Desencuentros de Jimmy Liao.
Echadle un vistazo a esto: http://www.youtube.com/watch?v=zCnpxPDKmcg&feature=related
Este cuento me ha dejado sin aliento
ResponderEliminarENTREGO LA CUCHARA
Síndrome de Stendhal